Porque me conviene...


Hace poco me llamó un amigo a quien estimo mucho, pero que poco a poco se ha alejado. Pensé las razones de su distanciamiento y simultáneamente llegaron a mi mente imágenes de momentos que compartimos juntos como cuando necesitaba un dinerillo y me llamaba, o un trabajo, y yo se lo podía conseguir o recomendar, quizá en la escuela un trabajo o una tarea y yo se lo podía pasar. También recordé las últimas veces que lo ví, curiosamente, yo necesitaba un favorsillo, y pensé en él, pues somos amigos y finalmente, para eso son los amigos, ¿o no? para apoyarse. Recuerdo que necesitaba aprender a usar un software y acudí con él, experto en esos menesteres, sólo pensé en acercarme a alguien de confianza que me pudiera explicar. Así lo hizo, pero las explicaciones la verdad, fueron un poco raras, como te digo y no te digo. Después de una hora...me cobró. Sí, porque dijo que las clases las cobraba. Bueno, pensé que siempre tan necesitado de dinerillo, bueno pues estaba bien. Aunque, bueno, yo nunca le cobré por llevarlo a algún sitio, o cuando íbamos a fiestas y él no tenía para pagar la cuenta, yo pagaba con gusto, pues con los amigos uno comparte, ¿o no?

Creo que esa fue la última vez que lo ví...y cuando empezó su distanciamiento. Suelo respetar las decisiones de mis amigos, cada quien es libre de cambiar. Confío en la amistad verdadera. No tenemos que estar siempre juntos, pero sabemos cuándo decirnos "te quiero, me importas mucho, estoy contigo". Para mí eso es la amistad.

Pero este amigo...se alejó. Luego me dí cuenta que salía con otros amigos que le invitaban todo en las fiestas y salidas, y además lo llevaban a donde quería. Pues bien, todos tenemos nuestros grupos de amigos. Un día, me escribió muy indignado para decirme que no estaba de acuerdo con unas cosas que yo escribía en mi blog. Bueno, pues gracias por la opinión, pensé.

Pero no, era un regaño. Mi amigo me regañaba porque pensaba que yo estaba cambiando de religión y él, tan cerca de la Iglesia (y quizá tan lejos de Dios!) me juzgaba. Entonces, dentro de mi corazón se escuchó un crack...lo oí claramente y pensé: Éste es un amigo farsante. ¿Qué clase de amigo te critica tus creencias? y además, ni siquiera se fija que no cambias de religión, sino que la reafirmas. En fin, pero ¿qué clase de amigo te regaña por tus gustos y creencias? Pues sólo un fraude de amigo. Y bueno, lo borré de mi lista.

Pasaron unos meses, llegó Navidad por supuesto, él tan religioso no me felicitó. Mi cumple, tampoco. Esos son los amigos que todos queremos tener. Pero eso sí, hace poco, decía, me llamó. ¡Yo creo en los milagros y puedo perdonar cualquier tontería, cualquier resbalón de mis amigos! La verdad me dio mucho gusto que me llamara. Me preguntó, ¿cómo has estado? ¿Y qué querían que le contestara? Pues las novedades, además ese día estaba muy contenta y le empecé a platicar. No sé en qué momento pero me interrumpió y me dijo: ¿Irás a la fiesta de este viernes? (con un grupo de amigos en común que tenemos). Mmm...pues no tenía pensado ir, pero antes de contestar, le pregunté, ¿por qué? ¿acaso irás? Y él, me dijo, pues mi coche se descompuso, así que quiero ver quién me lleva, y si tú vas, pues me voy contigo. Entonces le dije, ah, pues no, ya tengo otra reunión y no iré.

Ya no me dio tristeza y tampoco ganas de ir a una fiesta donde todo es apariencia. Es momento de depurar pseudoamigos. Lo sigo estimando porque veo que en el fondo es una buena persona, pero hace de esta forma de ser, falsa, una forma de buscar lo que todos buscamos, amor. El cree que así tendrá amigos con dinero, que lo inviten a fiestas y creerá que es feliz por momentitos. Le deseo buena suerte y que le vaya bien. Yo de plano, ya no quiero amigos así, que sólo busquen su conveniencia y no les interesa una pizca de mí. Creo que la amistad verdadera existe y que si un pseudoamigo como éste llega a mi vida es para que lo bendiga y aprenda algo de esta relación. Ahora valoro más la amistad y a mis amigos verdaderos. También valoro las promesas que uno suele hacer a los amigos. Es muy fácil decir. "estoy contigo para lo que sea, me tienes a mí, nunca te dejaré", pero cumplirlo, es otra historia. Mejor no hacer promesas de lo que no se va a cumplir. Mejor, aportar a la amistad un corazón sincero y ser lo mejor que se pueda, honesto, franco, ni más ni menos. Ser amigo sincero y no por conveniencia. No cabe duda, cambias el enfoque, liberas, perdonas, amas y después, todo es muy evidente, así es más fácil tener cerca a tus love ones...y no dejarte contaminar por los falsos amigos de conveniencia. Vive, deja vivir. Sé, deja ser y no te enganches, sigue adelante porque viene un amigo mucho mejor.

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Chakras

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