Mis juguetes de la infancia

Me parece que recordar los juguetes de nuestra infancia, así como las canciones y películas que solíamos disfrutar de niños revelan nuestra edad actual. No importa, recordar esos tiempos nos hace sonreír y encontrar magia en los momentos cotidianos porque sí entonces era posible, hoy es posible.

Me pregunto si en algo de lo que somos hoy fue determinado por los juegos infantiles. Por ejemplo, tuve muchas amigas que jugaban con muchas muñecas, hoy son madres de varios niños. Amigos que jugaban con cochecitos y hoy son vendedores de autos o técnicos, otros que jugaban a la comidit a y hoy son chefs, otras que bailaban sin parar y hoy son bailarinas o maestras de baile, en fin. ¿A qué jugabas tú? ¿Lo qué hoy haces de alguna manera tiene que ver con tu actividad actual? Sería interesante verlo.

Como hija única tuve el privilegio de tener juguetes variados y gozar, a falta de hermanos, de la compañía de mascotas, gatos y perros, por lo que mis juegos de infancia los incluían. En particular, yo no jugaba con muñecas. A decir verdad, no me agradaban y la familia, las amistades de mamá solían regalarme varias. Yo las recibía, las inspeccionaba y cuando la visita se iba, procedía a quitarle la ropa a la muñeca pues la diversión empezaba cuando corría por toda la casa, el patio y el jardín tratando de ponerle las nuevas prendas al gato o al cachorro, así que las muñecas al ser estáticas, me aburrían. Terminaba maquillándolas, cortándoles el pelo, y en la noche, las encerraba en el closet pues su mirada me daba miedo. Cuando salió la película de Chucky pensé: no soy la única que le temía a sus muñecas.

Bueno, a mi me gustaba jugar con muñecas más pequeñas como la Lagrimitas Lilí Ledy cuya canción jingle todavía recuerdo: "Llora y llora y mueve sus manitas sólo se contenta llevándola a pasear, a comer, a bañarse, a dormir, es lagrimitas Lilí", canción que suelo repetir cuando veo a alguien que llora afectadamente y sin razón. Esa marca patrocinó las muñecas grandes que me daban miedo, pero que hacían muchas monerías según sus nombres como la Comiditas, la Pasitos o la Risitas, mi pavor era verlas durante la noche y al quedarme dormida, sentía que abrían y cerraban los ojos, algunas amigas de la primaria decían que todas las muñecas cobraban vida en las noches. La Risitas se carcajeaba cuando la aventabas hacia arriba y luego la cachabas en tus brazos, pero cuando la batería se bajaba, su risa era ¡escalofriante! Por eso, yo creo que no les hice mucho caso. Salvo a la pequeña Lagrimitas con la que jugaba junto con mi gato y perro pues era del tamaño de una pelotita.




También jugaba con muñecas para recortar y vestir, tenía una caja llena de las más bonitas. Era como una especie de rompecabezas y podía crear historias con ellas, los libros para colorear también me encantaban y pintar con acuarelas era algo tan relajante, todo en compañía de mis hermanos peludos y siempre escuchando música. Tenía una colección de cuentos de Disney y música infantil, de Cri-Cri sobre todo. Pero de muchos cuentos infantiles y sus canciones así que me divertía. (También jugué con Barbies, pero más grandecita y a estas muñecas les dediqué una entrada en este blog anteriormente).


Un día, vi a los Reyes. Sí los Reyes Magos en mi casa colocando los regalos en la sala, yo ya no sabía a mi corta edad si soñaba o levitaba, ¡fue tan real! Ahí fue cuando empecé mi colección de casitas. Primero, la Casa del árbol, la casa de los Weebles, la casa de Play Family, la Villa, el hospital, el circo, la escuela, el aeropuerto, el castillo, en fin, logré tener la ¡ciudad completa! La tuve hasta hace poco que la doné, pensé en que un día la heredaría a mis hijos, pero luego pensé "¿y si no les gusta?" Así que mejor, doné la colección completa a niños que no han tenido juguetes y que se pueden divertir como yo. Aun cuando pasaba tardes solita jugando, no me aburría, ni reparaba en mi soledad, pues me inventaba siempre historias diferentes y con las mascotas, todo era divertido. 







También me dio por coleccionar todo lo relativo a Parchis, sus discos, música, cómics, hasta recibí desde Barcelona la credencial oficial del club de fans! Todo el día cantaba sus canciones y me arreglaba el pelo como la "ficha amarilla", no me perdía sus películas y soñaba con algún día conocerlos, esto sí que no ha sido posible, pero quizá algún día...

Como seguía con la música en torno a lo que hacía, recuerdo que se puso de moda la película Xanadú y Roller Boogie y yo conseguí tener mis patines blancos de 4 ruedas y frenó todo el día patinaba, bailaba, cantaba y me sentía súper libre y feliz. Mis perros iban tras de mi y el juego era ver quien ganaba, así que había muchas metas de llegada por todo el patio trasero, risas, sentones y resbalones. 


El juego que más me empezó a gustar fue el de la escuelita, tenía el pizarrón, las sillitas, los libros, lápices de colores, en fin. Mis primeros alumnos fueron mis mascotas y algunas muñecas, sobre todo una de trapo muy grande, mis mascotas siempre han sido bien educadas y muy inteligentes, y esto me permitió aprender a leer y escribir mucho más rápido que otros niños y ayudarles en la escuela con tareas y actividades extra. 

En algún momento de mi vida pensé en ser veterinaria, pero eso de abrir animalitos para estudiarlos, ¡jamás! Por el tema de colección de casitas pensé que de grande tendría muchas casas, chalets, mansiones, en fin, pero no, tampoco opté por el ramo de los bienes raíces. He viajado a muchos lugares y pienso seguir conociendo lugares maravillosos. Hoy soy maestra, ya tengo más de 12 años en esta profesión y creo que esa parte de mi infancia fue determinante para decidir mi actividad actual. Sigo teniendo mi mascota, ahora sólo una perrita maravillosa, muy inteligente y educada y pues sigo viviendo y disfrutando porque he decidido, como en mi infancia, ser feliz y sonreír 😀

La mirada del amor

Cuando vives un amor intenso siempre va a quedar algo de ti en aquella pareja, aunque pretenda que no. Y algo de él en ti. Alguna vez leí que es como cuando metemos la mano en un cubo con agua, ni la mano ni el agua vuelven a ser iguales, a nivel molecular ya se han afectado una a la otra.

Yo creo que por nuestro ego, a veces renunciamos a relaciones que podrían haber sido maravillosas. O bien, si no era el amor para siempre y tenía que terminar, pues lo mejor es cortar por lo sano, bendecir, cerrar y emprender otro camino. ¿Pero que tal si después de muchos, muchos años, te vuelves a topar con él, sí, con ese que creíste que iba a ser "para siempre"? Cuando ya habías "cerrado el ciclo", regresa y resulta que reactiva esa pequeña, pero significativa parte que quedó de él en ti, en tu corazón.

Pues bien. Cuando ví este vídeo simplemente latió mi corazón. Cada uno, de cierta forma, hemos vivido algo similar. Resulta que Marina Abramovic es una artista de performance contemporáneo. Usa su cuerpo, se usa a sí misma para expresar su arte que no es otra cosa que emociones intensas. En esta "instalación" que fue en el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MOMA) en 2010, ella se expone en la sala de exhibición como un objeto de arte, es decir, la artista es la obra de arte. Ella se sienta en una silla, con un vestido extravagentemente rojo, cierra los ojos y frente a ella está una silla en la cual, el espectador (si gusta) puede sentarse. Ella, al sentir a la persona cerca, abre los ojos y se miran. El arte sucede cuando con la mirada se intercambian emociones. Una influye a la otra y viceversa. A veces, las miradas son intensas y los espectadores se van, otros se quedan más tiempo. ¿Qué es el arte sino una proyección de nosotros mismos? Una ventana donde nos vemos reflejados en aquello que nos gusta o incluso en lo que nos molesta.

Bueno, en su juventud, Marina vivió una intensa relación artística y amorosa con Ulay, otro artista del performance excéntrico. Y hace 20 años decidieron separarse. Para ello, (me encanta su decisión de mutuo acuerdo para poner fin a una relación, es lo que yo digo, para qué los pleitos si uno puede cerrar un ciclo de la misma manera que lo abrió, deseando amor y paz, bendiciendo y dejando ir amorosamente). Bueno, para cerrar su ciclo viajaron juntos a la ¡Muralla China! y cada uno caminó hacia el punto intermedio de la misma. Ahí, justo ahí, se besaron, se abrazaron, se despidieron y terminó su relación. Cada quien, siguió su camino. Separados.

Pasaron 20 años y Marina pone en el MOMA la instalación que describí al iniciar esta entradita y ella no sabía, que entre los espectadores del museo, iba a sentarse Ulay. Después de 20 años de aquella despedida, en plena exposición artística (y exposición de todas sus emociones a flor de piel), ¿qué sentiría? ¿qué pasaría por su cabeza? Una mirada dice más que mil palabras. Y la mirada del amor forever lo dice todo. He aquí el vídeo del instante mismo. ¿Qué les parece?


El tiempo entre costuras


Este domingo fue el final de El tiempo entre costuras, una serie de tv española que se transmitió por cable en Antena 3, adaptación de la novela original de María Dueñas. Rara vez me atrapa una serie y ahora lo que me hizo estar al pendiente de cada capítulo fue la excelente recreación de los escenarios, la música y la vida de Sira, la protagonista, al principio una joven sencilla, educada a la antigua por una madre muy trabajadora, pero que no tiene idea de la vida que le espera a su pobre hija y cómo su severa educación se ve traspasada por el ansia de libertad que ella busca a toda costa.

Quién le iba a decir a Sira que desde el primer momento en que aprendió a enhebrar una aguja su vida cambiaría para siempre. ¿Y la vida no es así? Vamos de pronto hilando pedacitos de nuestras vidas y cuando pasa el tiempo miramos hacia atrás y nos damos cuenta que hemos compuesto quizá un vestido, o un chaleco, o un traje sastre. A veces, lo que tenemos compuesto, de pronto se descose y hay que volver a empezar.

Como muchas chicas, muy joven, Sira se percata que tiene un enamorado y que además, en el pueblo tan pequeño y prejuicioso donde vive, se considera ya el hombre que habrá de ser su marido. Ella como que apenas se percata que ha dejado de ser niña y que está a punto de casarse con este hombre que la idolatra, pero por el que no siente nada, si acaso un afecto de amigos. La presión social recae sobre ella y como buena hija, obedientemente va como borreguito al matadero.

Pero, ¡oh, sorpresa! Aparece un galán que sí le mueve el tapete y algo más a la pobrecita chica. Ella, que estaba confinada a vivir como costurera y repetir el patrón de su madre -costurera también- acabar su vida y su salud, su vista, detrás de la máquina de coser en plena guerra civil española, sin un futuro nítido, se va fijando en semejante hombre, varonil, guapo, sexy que viene con ella para hacerle de todo, hasta para sacarla de su casa -¡sin casarse, Virgen Santa!- y llevarla a vivir a Marruecos, un lugar lejano y excitante, digno escenario de las mil y una noches de pasión que el galán le prometía pasar. 

Además, Sira que era una suertuda, de pronto se encuentra con su padre. Ella, que pensaba que no tenía padre, solo madre, un día recibe la visita de este señor, bueno, más bien, ella y su madre acuden a su gran mansión y Sira se entera que ese ricachón es su padre y que en el pasado tuvo un amorío con su madre, fruto del cual nació la pobrecita Sira. Después de los lógicos reproches, este padre un tanto arrepentido, pero también preocupado por la guerra inminente, le da todas sus joyas a su joven hija, así que en un suspiro, ella se vuelve millonaria. El padre le dice, estas joyas son para que salgas de Madrid cuanto antes y te lleves a tu madre lejos, a donde la guerra no las alcance. En algún momento mencionan la posibilidad de irse a México, pero la madre le dice: No, yo me quedo, no me salgo de aquí. 

Y pues ni modo, la niña con tantas ganas de vivir como joyas en el bolso, va y le cuenta al galanazo quien enseguida dice: pues si ya somos ricos, vámonos. Le ayuda a despilfarrar su dinero en Marruecos y después de tanta parranda y borrachera de amor, Sira queda embarazada, ¡obvio! y también, en un suspiro, el galanazo sexy, huye con todo el dinero y joyas que le quedaban a la pobrecita y ahí la deja, con su embarazo y sin un quinto...y sin pasaporte. Chulada de muchacho, ¿no? Ay, si me dieron ganas de ahogarlo en el Mediterráneo. Lamentablemente, con tanta sorpresota Sira pierde a su bebé. :(

Y así la jovencita, va pasando penurias, pero también encuentra amigos y gente buena, sufre golpes de la vida, pero se levanta y sigue adelante. Regresa a su natal España, pero convertida en una espía de los ingleses. Se instala como una gran modista que atiende a sus clientes alemanas y com mata-hari, se entera de información valiosísima, asiste a fiestas de los nazis, se deja cortejar por peligrosos hombres que hacen negocios con la guerra y todo para buscar su libertad. Parece que su voluntad está condenada a las circunstancias, pero en eso, conoce a otro galán que de plano, hace palpitar de nuevo su corazón.



Conforme pasa el tiempo, ella se vuelve más elegante, con más personalidad. Es una señorita respetable aunque sola, siempre sola. ya no cree en el amor y hasta cierto punto, convertirse en una espía controlada a quien le prohiben incluso dejarse ver con su madre o padre o amigos. La hacen cambiarse el nombre (tan sólo invierte las letras de Sira a Aris) y es una mujer enigmática que nació en Marruecos y visita Madrid por negocios. 

Así, Sira pone su vida en peligro muchas veces, ¿pero acaso uno no arriesga todo cuando se enamora por primera vez? Y cuando ese amor fracasa, ¿no se arriesga de nuevo todo con tal de encontrar, ahora sí, el amor de verdad? Pues eso hace Sira. De manera que cuando encuentra otra vez a este joven inglés que tanto la ama, ella ya no sabe si es de verdad o es parte de algún complot, en medio de los tiempos violentos, ya no se sabe quién es amigo y quién enemigo. Pero ahí está, el amor les vuelve a dar, ambos se salvan la vida y el amor, los salva a ellos.

A mí me gustó mucho el actor que interpreta a este galán, se parece Jude Law, y se me hace perfecto para Sira. Además de la historia de amor que me encantó, la música fue maravillosa y al final de cada capítulo, pasaban el detrás de las cámaras y era genial ver cómo cuidaban todos los detalles e incluso, usaban la tecnología para hacer los escenarios totalmente de la época. Un encanto. Ahora voy a leer la novela, siento que no me la puedo perder. 

Y de paso, voy a pedirle a mis angelitos un galanazo como este que al final, le aseguró a Sira vivir un amor de verdad, con todas las de la ley. Pues eso mismo quiero yo, ya dije :)


¡A la carga!

Wow!...Un año sin escribir en mi blogsito querido. Un año en el que mi corazoncito estuvo un poco apachurrado. Pobemas, tristezas, preocupaciones, angustias, dilemas, en fin. Creo que el año pasado fue complicado para muchas personas. Mi corazón necesita estar en calma y mi cabeza en su lugar para volver a escribir y aquítoy.

Y bueno, este año ha iniciado estupendamente, promete y mucho. Mi corazón está tranquilizo, mi cabecita con muchas ideas y tengo muchas ganas de escribir. Y pues a la carga, I´m back! Ya regresé y vamos para adelante! :)

Chakras

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