Una relación santa


Los ángeles me han enseñado que todas nuestras relaciones son santas. Nadie llega a tu vida por casualidad. Incluso, si quieres terminar una relación, pasa algo que deja una huella en tu vida, porque estaba destinada a suceder. Con cada relación aprendemos y crecemos. Descubrimos fortalezas y debilidades, nos conocemos un poco más. Cuando es inevitable que una relación llegue a su fin, lo mejor es bendecir a la relación en sí, a la persona con la que compartimos una serie de vivencias, una etapa de la vida. Bendecir y dejar ir. Soltar. Y entonces, llegará a nosotros de una u otra forma, el sentido que esa relación tenía para nuestra vida, como parte de nuestra misión.


Me ha sucedido que quiero terminar una relación, porque desde mi ego, desde mi orgullo, creo que es lo mejor para mí, para la otra persona. Pero cuando una relación está destinada a ser, cuando es Santa absolutamente, Dios y sus ángeles se encargan de que no termine, de que siga, evolucione y te llene de más vivencias y bendiciones.

Lo más maravilloso es descubrirnos a nosotros mismos en nuestras relaciones, sean de trabajo, amistad, de pareja. Cada relación que construyes con los demás es reflejo de tu propia relación contigo mismo. ¿Cómo te llevas contigo? ¿En qué momento de tu vida te encuentras para llevar esa relación contigo?

La buena noticia es que si nos descubrimos en una relación no muy buena con nosotros, cada día, es una oportunidad para "limar asperezas" y descubrir que somos nuestra mejor amiga, nuestra mejor compañera, que confiamos en nosotros y nuestras fortalezas. Cuando nuestra relación es positiva, como por arte de magia empiezan a mejorar nuestras relaciones con nuestro entorno.

Si hoy nos descubrimos "bronqueándonos" con los amigos, vecinos, familiares, es momento de hacer un alto. Desechar cualquier juicio y observar hacia nuestro interior. Quizá el viaje interno sea el más difícil, pero vale la pena, por el descubrimiento que hacemos. Ese viaje interno nos llevará a sanar puntos que bloquean nuestra luz propia, que no nos deja brillar con los seres que nos rodean. Mientras hacemos esa limpieza -orando, meditando, modificando creencias y actitudes- algo se transformará en las relaciones exteriores.

Si encontramos que aún así, es difícil sostener un diálogo o una relación con la otra persona, lo mejor es enviarle todas las bendiciones del mundo. Pedir a los ángeles que nos ayuden a entender, de la manera más amorosa posible, el porqué de esa dificultad en la relación y su ayuda para sanarla de la mejor manera. Luego, tomar un margen de tiempo o espacio y esperar, darle tiempo a la persona y dejar que los angelitos y nuestra buena intención hagan su trabajo. Más tarde, los efectos serán maravillosos.

Así que hoy bendigo a todas mis relaciones interpersonales, especialmente las que encierran un cariño entrañable. Hoy bendigo y santifico a todas mis relaciones porque son un regalo de Dios. Y aunque nos dejemos de ver aquí en la tierra, esa misma santificación, nos volverá a reunir, tarde o temprano. Porque la santificación de todas nuestras relaciones es para siempre. Namasté!

0 comentarios:

Chakras

El corazón de Maritere Copyright © 2009
Scrapbook Mania theme designed by Simply WP and Free Bingo
Converted by Blogger Template Template