La gran calabaza

Recuerdo que cuando era niña veía los programas especiales de T.V. durante la semana previa al Halloween. Había una emoción especial, pasaban películas, y los personajes de las caricaturas de siempre, tenían su momento mágico sobre Halloween.

Mi favorito de todos los tiempos, sin duda, es Snoopy y su capítulo especial: La gran calabaza. Las situaciones cotidianas entre los niños, las costumbres en EEUU para este día sobre el mito de la gran calabaza, los colores y los disfraces. Todo con un tono inocente, ingenuo, pero muy simpático. La pandilla de amigos preparando sus disfraces para el gran día, todos en grupito pidiendo los dulces, acompañados de su mejor amigo, el perrito Snoopy.

Sin duda en este especial, la secuencia memorable es cuando Lucy y Linus van al huerto en busca de una calabaza para adornarla. Para mí representa la esencia de Snoopy y sus amigos. Una secuencia donde los personajes, sin hablar o diciendo algunas frases pequeñas, dan a entender ideas y sentimientos de amistad, gratitud, compañerismo, acompañados a ritmo de jazz. Esta secuencia ha sido repetida en numerosas parodias, la más reciente, en el también programa especial de Los Simpson y la Gran Calabaza.


Ahora, ¿cómo pedir dulces? Todos en la pandilla Peanuts se preguntan, ¿es legal decir dulce o broma? Los chicos nos dan un ejemplo de cómo vivir esta noche de Halloween desde los disfraces hasta el momento de pedir lo más importante: Dulces! Sin embargo, como es natural, según la "valentía" con la que se piden los dulces, el buen tino al elegir la casa adecuada, y sobre todo, portar el disfraz más original, te hace acreedor a la mejor recompensa: más dulces, chocolates y hasta galletas recién horneadas. Otros, en cambio, sólo obtienen ¡rocas!

De niña viví esta época muy feliz. Me disfracé de brujita, de calabaza, de fantasmita, de gatúbela. Muchos niños e incluso adultos, se divierten disfrazándose de personajes sangrientos, entre más feos y horrorosos, mejor. Yo creo que por eso sigo recordando con cariño a Snoopy,  porque no buscaba espantar, acaso un pequeño suspenso que terminaba siempre con una fiesta entre amigos, un momento para pasarla bien, disfrutar de música y sí, de la creatividad de los niños al disfrazarse, de personajes ad hoc, pero sin caer en el terror o el horror.

Ahora que soy adulta y veo de nuevo "La gran calabaza" de Snoopy se me antoja disfrazarme de algo bonito, pero de la época, ¿qué tal una coqueta brujita fashion-neón?, ¿de un gatito negro?, ¿de una vampirita muy simpática? O qué tal de una fantasmita....la idea es pasarlo bien, divertirse y compartir con los amigos. ¿Será posible rescatar la tradición?

Chakras

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